La avenida del Sol se hizo grande de noche

La historia de la tradicional avenida de Villa de Merlo.
Hacia fines de la década del ’60 la población de Villa de Merlo superaba los 1500 mil habitantes y sus principales visitantes llegaban para jugar en el Casino Flamingo,-hoy llamado Dos Venados- que había sido inaugurado el 26 de febrero de 1965. Los viajeros ingresaban a la villa por la hoy conocida avenida del Sol, una calle que en 1969 solo tenía unos seis metros de ancho, incluidas sus veredas, y aún no tenía ese nombre. Era el principal acceso al pueblo y su mantenimiento era todo un problema después de las lluvias, hasta que un día amaneció distinta y amplia, ante la sorpresa de los vecinos.
Villa de Merlo había conseguido tener su propio casino como principal atractivo turístico. El 23 de julio de 1961 la legislatura de San Luis aprobó el proyecto para la creación de “hoteles casinos” en Merlo. Casi cuatro años después se inauguró la sala, que durante los meses de verano daba trabajo a unas 36 personas. El edificio del casino estaba aunque llegar hasta el lugar era bastante complejo.
La calle principal utilizada por los visitantes y turistas para dirigirse al casino trepaba hasta la actual avenida Mercau. Era una arteria angosta y de difícil transitar. Cuando el agua de la lluvia bajaba creaba zanjones. En aquel entonces solo un alojamiento estaba ubicado en esa calle: el Parque Hotel y enfrente dos viviendas familiares. Nada más. Solo alambrados y postes de madera bastantes viejos de los cuales colgaban los cables del tendido eléctrico. Para las autoridades municipales era todo un problema mantener esa calle en buen estado.
Durante los aguaceros los más pequeños chapoteaban en los charcos y los adultos terminaban embarrados al intentar avanzar con sus botas. El tránsito se volvía imposible. Fue entonces que las autoridades municipales y un grupo de vecinos tomaron la decisión de modificar la traza de la calle principal de Villa de Merlo. Su idea no fue bien recibida por los titulares de lotes y terrenos, cuyos alambrados avanzaban a lo largo de la actual avenida del Sol. Muchos de los propietarios de esas tierras no eran de Merlo: la mayoría vivía en San Luis o Villa Mercedes.
A la resistencia de esas personas, se sumaba la desconfianza de algunos vecinos que no creían necesario modificar la calle y respondía con desgano a la idea. La tarde anterior a comenzar la obra el cielo en Merlo estaba plomizo y soplaba un viento frío. Las autoridades habían solicitado a la provincia dos máquinas: una motoniveladora y una pala cargadora. Además, se requerían camiones. Y mano de obra. Cuando oscureció en Merlo se iniciaron los trabajos. El encargado de la empresa de Energía cortó la electricidad. Los vecinos que estaban de acuerdo con la idea se abrigaron, abrocharon sus prendas y con palas en manos se juntaron en torno a las autoridades.
Desde la actual calle Becerra hasta la avenida Mercau, la maquinaria vial fue ensanchando la calle, derribando a su paso alambrados y postes hasta que no quedó ninguno en pie. La pala cargadora colocaba la tierra en las cajas de los camiones y los vecinos con sus palas colaboraban para marcar la futura vereda. Las nubes de la tarde habían desaparecido para dar paso a una noche clara. La luz de la luna ayudaba a iluminar a los trabajadores.
La labor se extendió durante toda la madrugada. Para marcar las veredas de ambos lados se utilizó una empalizada de madera. La remodelación de la calle se terminó hacia el amanecer y el ancho que se le dio es el actual. Villa de Merlo tenía nueva avenida aunque no tenía nombre. Fue entonces cuando se escribió en un cartel de madera: “avenida del Sol” ya que uno de los maquinistas siempre mencionaba que el sol lo obligaba a trabajar con una cortina. La luz del sol era protagonista en aquella calle ancha ya sea cuando se trepaba por las mañanas o cuando se descendía por las tardes.
Cuando los pobladores madrugadores comenzaron a recorrer el pueblo, la avenida del Sol ya era un hecho y se había logrado remodelar de noche. Con las nuevas dimensiones, luego se realizó la nueva mensura y meses después el pavimento. Así la más conocida de las avenidas de la Villa de Merlo, y que fue bautizada con un nombre vinculado a la luz, fue parida en una noche.