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La merlina que representó a San Luis en Cocineros Argentinos
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La merlina que representó a San Luis en Cocineros Argentinos
Entrevista a María Inés Larotonda, la vecina de Merlo que representó a San Luis en Cocineros Argentinos.
Sin más experiencia profesional que una rotisería, se presentó al concurso nacional del conocido programa de la televisión pública, resultó la ganadora de la provincia y terminó entre cámaras y estudios de tv.
¿Cómo nace tu pasión por la cocina?
En casa se cocinó siempre. Desde mis abuelas. De parte de mi papá, italianos, y de parte de mi mamá, vasco francés. Así que siempre se ha cocinado, todo casero. Había huerta en casa, así que teníamos siempre la verdura fresquita. Y he cocinado desde que tengo uso de razón. A los ocho años mi mamá empezó a trabajar afuera. Eramos tres hermanos y si bien a los ocho años uno no cocina grandes cosas, yo lo básico ya lo cocinaba. Y después perfeccionándome no por un estudio en particular o por alguna academia de cocina, sino por mirar, por interesarme, así que creo que es más por la esencia de uno.
¿Tuviste algún trabajo vinculado a la cocina?
Cuando llegamos a Merlo había que adaptarse al lugar, así que me dediqué a la rotisería de comida para venta al público. Dentro de lo que la municipalidad me autorizó, ya que estaba en mi casa, estuve una temporada trabajando para el público. Y los vecinos que saben que yo cocino, cuando hay un cumpleaños me encargan, y yo con gusto se los preparo.
¿Cómo te enteraste del concurso de Cocineros Argentinos?
El concurso no tuvo mucha difusión acá en Merlo. Pero tengo una amiga en Santa Rosa, que sabe que yo cocino y me gusta, y me dijo mirá que vienen los Cocineros Argentinos a hacer un casting, y tenés que presentarte. Yo dudé un poquito, porque si bien cocino me parecía que para un concurso no iba a hacer. Y ella me dijo yo me juego por vos, anotate. Así que me anoté en la radio y me llamaron. El sábado 3 de mayo hicieron el primer casting. Nos presentamos todos los que estábamos anotados e hicieron una preselección.
¿Los hicieron cocinar para la preselección?
Nos hicieron cocinar en un simulacro, nos hicieron hablar y nos hicieron juegos de pelar frutas, deshuesar un pollo, y después de esos diez que quedamos seleccionados eligieron tres. Al otro día tuvimos que ir, llevar los elementos para cocinar y el plato que habíamos elegido, que el día que nos eligieron debíamos definir ya qué plato habíamos elegido.
¿Qué plato elegiste?
Elegí Cabrito al ajillo, porque me dijeron que tenía que ser un plato regional con la mayor cantidad de ingredientes de la zona. Así que yo llevé romero y tomillo de mi propia huertita, bastante ajo, por porción yo calculo media cabeza de ajo, el cabrito y un vino de Viñas Puntanas.
¿Habías hecho alguna vez ese plato?
Nunca. Charlando con una vecina me dijo fui un restaurante y probé cabrito al ajillo, y más o menos me explicó ahí cómo se hacía. Así que lo preparé, lo tuve que llevar desde acá porque tenés que llevar el plato hecho, y cuando la cámara te va tomando después vos tenés que hacer como que lo estás cocinando y después sacás ya el plato hecho. Eso fue en el río de Santa Rosa, una puesta en escena muy linda.
¿Por qué crees que ganaste?
Según escuché mientras la producción hablaba, si bien el plato salió rico, creo que fue un plato sencillo que tenía que estar al alcance de todas las amas de casa. Y también por la actitud, porque dicen que cuando yo entré a la escuela donde se hizo el casting dije hola chicos, cómo están, y que por la actitud, ellos dijeron ésta señora.
Si bien no naciste acá, qué significó para vos representar a Merlo y a San Luis.
Fue un compromiso. Porque si bien yo fui por participar en algo nuevo, cuando salí representante de San Luis ya fue un compromiso. ¡Yo estaba representando la cocina de San Luis!
¿Cómo te sentiste, siendo que tu vínculo con la cocina había sido más de cocinar para tu familia, estar de pronto participando en un concurso nacional que encima iba a salir por televisión?
Fue toda una emoción. ¡Los nervios! Me sentía una reina. Además acá todo el mundo me conocía. En La Municipalidad, donde me citaron varias veces y de quienes tuve un aporte muy importante en cuanto a dinero, así que agradezco mucho y también al Ente Mixto de Promoción Turística, que me dieron un aporte muy importante. Como yo quería llevar también todo regional, agradezco mucho a Dulces La Delfina, a Bodegas Fraterno, al señor Daniel Garro, que me proporcionó el cabrito. Tuve que llevarlo porque además me dijeron que no era el mismo gusto que podía tener el cabrito. Todo eso lo llevé en el avión.
¿En Buenos Aires preparaste el mismo plato?
No, allá preparé Cabrito a la Quines.
Es un nombre tuyo…
Claro, y me preguntan qué es Quines, que si es un ingrediente. Y les expliqué que es una localidad que queda a cien kilómetros de Merlo en donde hay una muy buena plantación de arándonos. Hicieron una prueba con la tierra y se dio una muy producción muy linda de arándanos. Así que Cabrito a la Quines, en honor a Quines por los arándanos. Así que le puse mermelada de arándanos, le puse vino de La Fraterno. Había que sellar bien la carne con manteca y hierbas, romero en este caso. Después se hacía una reducción de mermelada y vino tinto, y el caldo que hice con los huesitos del cabrito. Se hizo una reducción, se la agregué al cabrito, y al horno unas dos horas tapado con papel de aluminio, siempre dándolo vuelta y bañándolo con la reducción.
Eso lo presentaste en vivo…
Claro, pero tuve que llevar tres platos iguales. Uno ya terminado, el otro semi y el otro crudo, porque las cámaras sacan uno del horno, ya te lo presentan y listo. Así que todo hermoso, cómo me han tratado. Aunque me sentí defraudada. Si bien todo lo lindo que había pasado antes, que me trataron como una reina, y cómo a uno lo alientan, hasta ahí todo lindo. Después que preparé el plato, a la mañana temprano en el canal, faltaba como una hora para que empezara el programa. Estaba yo ahí mirando, nadie sabía quién era, al lado del mapa que prendía o apagaba las luces según qué provincia ganaba, y la provincia de San Luis estaba apagada. Y un señor con auriculares y esos micrófonos chiquitos que usan en la tele le dice a otro señor que estaba ahí agachado con unos enchufes, le dice pierde San Luis, a ver, probá. Y en ese momento es como que se me vino el alma al piso y yo que estaba ahí lado le digo señor, es mi provincia, ilumínenla bien. Y es como que se miraron entre ellos como diciendo metimos la pata, cómo lo arreglamos, pero ya no había forma de arreglarlo. Menos mal que participó primero el otro muchacho, mientras tanto se me fue pasando.
¿Y por qué pudo perder San Luis?
Muchos me han dicho y por ahí es así, que San Luis con Nación no tiene buena relación. Así que tal vez me han querido sacar de encima cuanto antes. Tal vez por conveniencia a ellos les ha venido mejor que gane el otro muchacho. La verdad no lo sé.
Más allá de la experiencia en sí, ¿en qué te cambió el concurso?
Acá en Merlo todo el mundo me conoce, aunque en lo económico en nada todavía.
Aún hay tiempo…
Sí, esperemos que sí.
Sin más experiencia profesional que una rotisería, se presentó al concurso nacional del conocido programa de la televisión pública, resultó la ganadora de la provincia y terminó entre cámaras y estudios de tv.
¿Cómo nace tu pasión por la cocina?
En casa se cocinó siempre. Desde mis abuelas. De parte de mi papá, italianos, y de parte de mi mamá, vasco francés. Así que siempre se ha cocinado, todo casero. Había huerta en casa, así que teníamos siempre la verdura fresquita. Y he cocinado desde que tengo uso de razón. A los ocho años mi mamá empezó a trabajar afuera. Eramos tres hermanos y si bien a los ocho años uno no cocina grandes cosas, yo lo básico ya lo cocinaba. Y después perfeccionándome no por un estudio en particular o por alguna academia de cocina, sino por mirar, por interesarme, así que creo que es más por la esencia de uno.
¿Tuviste algún trabajo vinculado a la cocina?
Cuando llegamos a Merlo había que adaptarse al lugar, así que me dediqué a la rotisería de comida para venta al público. Dentro de lo que la municipalidad me autorizó, ya que estaba en mi casa, estuve una temporada trabajando para el público. Y los vecinos que saben que yo cocino, cuando hay un cumpleaños me encargan, y yo con gusto se los preparo.
¿Cómo te enteraste del concurso de Cocineros Argentinos?
El concurso no tuvo mucha difusión acá en Merlo. Pero tengo una amiga en Santa Rosa, que sabe que yo cocino y me gusta, y me dijo mirá que vienen los Cocineros Argentinos a hacer un casting, y tenés que presentarte. Yo dudé un poquito, porque si bien cocino me parecía que para un concurso no iba a hacer. Y ella me dijo yo me juego por vos, anotate. Así que me anoté en la radio y me llamaron. El sábado 3 de mayo hicieron el primer casting. Nos presentamos todos los que estábamos anotados e hicieron una preselección.
¿Los hicieron cocinar para la preselección?
Nos hicieron cocinar en un simulacro, nos hicieron hablar y nos hicieron juegos de pelar frutas, deshuesar un pollo, y después de esos diez que quedamos seleccionados eligieron tres. Al otro día tuvimos que ir, llevar los elementos para cocinar y el plato que habíamos elegido, que el día que nos eligieron debíamos definir ya qué plato habíamos elegido.
¿Qué plato elegiste?
Elegí Cabrito al ajillo, porque me dijeron que tenía que ser un plato regional con la mayor cantidad de ingredientes de la zona. Así que yo llevé romero y tomillo de mi propia huertita, bastante ajo, por porción yo calculo media cabeza de ajo, el cabrito y un vino de Viñas Puntanas.
¿Habías hecho alguna vez ese plato?
Nunca. Charlando con una vecina me dijo fui un restaurante y probé cabrito al ajillo, y más o menos me explicó ahí cómo se hacía. Así que lo preparé, lo tuve que llevar desde acá porque tenés que llevar el plato hecho, y cuando la cámara te va tomando después vos tenés que hacer como que lo estás cocinando y después sacás ya el plato hecho. Eso fue en el río de Santa Rosa, una puesta en escena muy linda.
¿Por qué crees que ganaste?
Según escuché mientras la producción hablaba, si bien el plato salió rico, creo que fue un plato sencillo que tenía que estar al alcance de todas las amas de casa. Y también por la actitud, porque dicen que cuando yo entré a la escuela donde se hizo el casting dije hola chicos, cómo están, y que por la actitud, ellos dijeron ésta señora.
Si bien no naciste acá, qué significó para vos representar a Merlo y a San Luis.
Fue un compromiso. Porque si bien yo fui por participar en algo nuevo, cuando salí representante de San Luis ya fue un compromiso. ¡Yo estaba representando la cocina de San Luis!
¿Cómo te sentiste, siendo que tu vínculo con la cocina había sido más de cocinar para tu familia, estar de pronto participando en un concurso nacional que encima iba a salir por televisión?
Fue toda una emoción. ¡Los nervios! Me sentía una reina. Además acá todo el mundo me conocía. En La Municipalidad, donde me citaron varias veces y de quienes tuve un aporte muy importante en cuanto a dinero, así que agradezco mucho y también al Ente Mixto de Promoción Turística, que me dieron un aporte muy importante. Como yo quería llevar también todo regional, agradezco mucho a Dulces La Delfina, a Bodegas Fraterno, al señor Daniel Garro, que me proporcionó el cabrito. Tuve que llevarlo porque además me dijeron que no era el mismo gusto que podía tener el cabrito. Todo eso lo llevé en el avión.
¿En Buenos Aires preparaste el mismo plato?
No, allá preparé Cabrito a la Quines.
Es un nombre tuyo…
Claro, y me preguntan qué es Quines, que si es un ingrediente. Y les expliqué que es una localidad que queda a cien kilómetros de Merlo en donde hay una muy buena plantación de arándonos. Hicieron una prueba con la tierra y se dio una muy producción muy linda de arándanos. Así que Cabrito a la Quines, en honor a Quines por los arándanos. Así que le puse mermelada de arándanos, le puse vino de La Fraterno. Había que sellar bien la carne con manteca y hierbas, romero en este caso. Después se hacía una reducción de mermelada y vino tinto, y el caldo que hice con los huesitos del cabrito. Se hizo una reducción, se la agregué al cabrito, y al horno unas dos horas tapado con papel de aluminio, siempre dándolo vuelta y bañándolo con la reducción.
Eso lo presentaste en vivo…
Claro, pero tuve que llevar tres platos iguales. Uno ya terminado, el otro semi y el otro crudo, porque las cámaras sacan uno del horno, ya te lo presentan y listo. Así que todo hermoso, cómo me han tratado. Aunque me sentí defraudada. Si bien todo lo lindo que había pasado antes, que me trataron como una reina, y cómo a uno lo alientan, hasta ahí todo lindo. Después que preparé el plato, a la mañana temprano en el canal, faltaba como una hora para que empezara el programa. Estaba yo ahí mirando, nadie sabía quién era, al lado del mapa que prendía o apagaba las luces según qué provincia ganaba, y la provincia de San Luis estaba apagada. Y un señor con auriculares y esos micrófonos chiquitos que usan en la tele le dice a otro señor que estaba ahí agachado con unos enchufes, le dice pierde San Luis, a ver, probá. Y en ese momento es como que se me vino el alma al piso y yo que estaba ahí lado le digo señor, es mi provincia, ilumínenla bien. Y es como que se miraron entre ellos como diciendo metimos la pata, cómo lo arreglamos, pero ya no había forma de arreglarlo. Menos mal que participó primero el otro muchacho, mientras tanto se me fue pasando.
¿Y por qué pudo perder San Luis?
Muchos me han dicho y por ahí es así, que San Luis con Nación no tiene buena relación. Así que tal vez me han querido sacar de encima cuanto antes. Tal vez por conveniencia a ellos les ha venido mejor que gane el otro muchacho. La verdad no lo sé.
Más allá de la experiencia en sí, ¿en qué te cambió el concurso?
Acá en Merlo todo el mundo me conoce, aunque en lo económico en nada todavía.
Aún hay tiempo…
Sí, esperemos que sí.
Ridick- Mensajes : 514
Fecha de inscripción : 09/06/2014
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